Citas modernistas y el paisaje como elemento central. Espacios abiertos dominados por la luz y los materiales naturales como la piedra, la madera y el vidrio. Una arquitectura exclusiva en la que confluyen los contrastes: la pureza de las líneas con las formas orgánicas, la luz con la oscuridad, la elegancia con la esencialidad.
El diseño interior refleja el proyecto arquitectónico. El sofá combina líneas oblicuas y ortogonales, bordes afilados y redondeados. La zona de estar, con sus finas líneas y preciosos acabados, es a la vez esencial y suntuosa.
La zona del comedor se inspira en la elegancia atemporal. El sistema abierto con puertas de cristal reinterpreta el clásico aparador de forma contemporánea: está al servicio de la mesa redonda con un elemento central giratorio, protagonista de los momentos de convivencia.
En la cocina, la isla central de acero, de carácter técnico y profesional, destaca entre columnas monolíticas de olmo negro. Los acabados de la encimera y los taburetes recuerdan a los del comedor.
Un salón íntimo y privado para dedicarlo a los momentos de relax. En este caso, el sofá se caracteriza por la gran profundidad para sentarse y accesorios como reposacabezas y una mesa de centro. La zona de estar alberga la televisión.
La zona del ropero es completa y funcional. Los armarios cerrados conviven con el vestidor, perfectamente organizado. En el centro, dos otomanos para guardar la ropa y los accesorios.
El dormitorio está concebido como un espacio multifuncional. Además de la cama, hay una zona de descanso con un sillón y una mesa de centro, mientras que el escritorio con espejo tiene función de tocador.